Nota de contenido:
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De la aurífera Alaska a la proletaria Moscú; Mujeres emancipadas, niños mendigos y mutilados especuladores; La prensa y los escritores soviéticos; Mi primer domingo en Moscú; Burocracia y amores en los soviets; La iglesia ortodoxa al servicio del Estado Soviético; Su majestad el mercado negro; Especulación oficial; La vida diplomática en Moscú; Insensibilidad del pueblo ruso; Los maridos se van, las esposas se quedan; El estado ve y oye; El problema sexual en los soviets; La vida nocturna en la capital roja; Los métodos de la administración soviética; Contrabando de divisas; Las recepciones diplomáticas; El suplicio de los brindis; La protección de la N. K. V. D.; El estado, amo y patrón absoluto; La gran tragedia de los refugiados en Rusia; Un mensaje para "el campesino"; Rusia, purgatorio de los comunistas españoles; El gran fracaso soviético con los niños españoles; La maestrica que quería vivir; Lo que un ciego puede ver; Sólo los buenos comunistas salen de Rusia; Adiós a la U.R.S.S.
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