Resumen:
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Los seres humanos tendemos naturalmente a agruparnos para vivir en comunidad, y en muchas ocasiones planificamos o modificamos el espacio donde desarrollamos nuestras actividades de la vida cotidiana, sin tener en cuenta las diferencias que existen entre los distintos miembros de esa comunidad limitando así las posibilidades de desarrollo en igualdad de oportunidades. Para evitar estas desigualdades, es necesario que al momento de diseñar, adaptar y relevar los espacios urbanos y arquitectónicos se priorice satisfacer las necesidades de todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas o sensoriales, brindando las mismas oportunidades de acceso, deslazamiento, permanencia y utilización de la infraestructura sin obstáculos, para lograr así una sociedad inclusiva, “accesible para todos”. La accesibilidad constituye un derecho fundamental para todas las personas, tanto para los grupos sociales con diferentes capacidades como para aquellas que viven en condiciones físicas propias de haber alcanzado una edad avanzada, permitiendo su inclusión, su desenvolvimiento de manera autónoma y participación social en condiciones de igualdad...
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