Resumen:
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Hace muchos, muchísimos años, ya había mujeres y hombres que leían, y hoy seguimos haciéndolo. Ahí estamos, perdidos en las páginas de una buena novela o un poema que nos consuela, intrigados por las propuestas de un nuevo ensayo o echando un vistazo a ese libro ilustrado que reclama nuestra atención en la librería… lo que sí ha cambiado es el soporte que acompaña los textos, y aun nos esperan nuevos cambios. Desde el papiro y los códices, el libro evolucionó hacia el papel, y un buen día, hacia 1450, el señor Gutenberg convirtió el libro en un placer accesible a la mayoría. Ahora los soportes multimedia ofrecen nuevas posibilidades de lectura y hay quien ya piensa con nostalgia en la textura del libro impreso, despidiéndose de él como de un amigo fiel que está a punto de irse para no volver.
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