Resumen :
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La Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica del Norte representa una de las experiencias más originales de enseñanza y aprendizaje de la arquitectura en Chile y Latinoamérica. Primero por su ubicación, al estar situada en uno de los desiertos más áridos del mundo, frente el océano pacífico y en el área de la macrozona norte en donde convergen cuatro paisajes diversos, el altiplano, la pampa, la cordillera de los Andes y el desierto, y cuatro naciones, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. En segundo lugar por haber recogido los postulados de tres escuelas distintas, haciéndolas converger en una visión sobre como habitar las ciudades del norte chileno y el desierto de Atacama. Es así como la enseñanza de la arquitectura, en la Escuela del Desierto recoge la observación arquitectónica, la mirada poética y el viaje de descubrimiento de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso (Angelini, 2016), fundada por Alberto Cruz Covarrubias y el grupo Amereida; una mirada técnica y profesional, proveniente de la Universidad de Chile, vinculada a los aspectos medioambientales; y tercero, una mirada compositiva, herencia de la escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Santiago que traía Angela Schweitzer. Esta observación es explicita en el documento mismo de fundación de la escuela: “La opción de construir un patrimonio fusionando la experiencia de las Escuelas de Arquitectura chilenas, examinando los modelos a su alcance como una posibilidad de extraer de ellos partes o todos, que le permitan estructurarse para ser y crear en este desierto en que se arraiga” (Schweitzer, 1982). Fusión de escuelas en donde “la naturaleza experimental que de esta circunstancia se deriva” se convierte en su carácter original e identitario. Otro rasgo distintivo de la Escuela del Desierto es la decisión de retomar el pensamiento arquitectónico de la modernidad, es decir de la abstracción, situándolo en el contexto del Norte Grande, delimitando su ámbito de reflexión y estudio en él. Un territorio que posee un patrimonio ligado a la explotación minera, a las oficinas salitreras, a las infraestructuras, además de contar con un patrimonio arqueológico de asentamientos incaicos y preincaicos, y caracterizado por un paisaje de inigualable belleza, con condiciones climáticas propias. Estas preexistencias posibilitaron que en la escuela, a través de la observación arquitectónica y la exploración proyectual, se pudiesen conjugar los ejercicios proyectuales exploratorios, llamados campos de abstracción con el descubrimiento del territorio del desierto, de su ambiente y condición climática propia. Este método utilizado en la enseñanza de la arquitectura permite encarnar la idea de modernidad apropiada (Fernández Cox, 1990), la cual es formalizada a través de los proyectos y obras de la escuela, situándola dentro del regionalismo crítico ( Frampton, 1983).
The School of Architecture of the Universidad Católica del Norte represents one of the most original experiences of teaching and learning architecture in Chile and Latin America. Firstly, because of its location, being located in one of the driest deserts in the world, facing the Pacific Ocean and in the area of the northern macrozone where four different landscapes converge: the highlands, the pampas, the Andes mountain range and the desert, and four nations, Peru, Bolivia, Argentina and Chile. Secondly, for having collected the postulates of three different schools, making them converge in a vision on how to inhabit the cities of northern Chile and the Atacama desert. This is how the teaching of architecture, in the Escuela del Desierto, includes architectural observation, the poetic gaze and the journey of discovery of the School of Architecture of the Catholic University of Valparaíso (Angelini, 2016), founded by Alberto Cruz Covarrubias and the Amereida group; a technical and professional look, coming from the University of Chile, linked to environmental aspects; and third, a compositional look, an inheritance from the School of Architecture of the Catholic University of Santiago brought by Angela Schweitzer. This observation is explicit in the founding document of the school: “The option of building a heritage by merging the experience of the Chilean Schools of Architecture, examining the models at their disposal as a possibility of extracting parts or all of them, which allow them to structure themselves to be and create in this desert in which they are rooted” (Schweitzer, 1982). Fusion of schools where “the experimental nature derived from this circumstance” becomes its original and identity character. Another distinctive feature of the Escuela del Desierto is the decision to return to the architectural thought of modernity, that is, of abstraction, placing it in the context of the Great North, delimiting its scope of reflection and study in it. A territory that has a heritage linked to mining, nitrate offices, infrastructures, in addition to having an archaeological heritage of Inca and pre-Inca settlements, and characterized by a landscape of incomparable beauty, with its own climatic conditions. These pre-existences made it possible for the school, through architectural observation and project exploration, to combine exploratory project exercises, called fields of abstraction, with the discovery of the desert territory, its environment and its own climatic condition. This method used in the teaching of architecture allows embodying the idea of appropriate modernity (Fernández Cox, 1990), which is formalized through the projects and works of the school, placing it within critical regionalism (Frampton, 1983).
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